Ya lejos de la etapa Kuryaki y después de haber editado tres discos en soledad, Emmanuel Horvilleur se luce en Mordisco, su último disco, con un trabajo más compensado y maduro, ni tan jugado como el primero ni tan liviano como el segundo. Protagonista, junto a Dante Spinetta, de una de las separaciones más sanas que conozca el rock, una relación real de amigos-hermanos en la que ambos siguen muy de cerca la carrera del otro. Previo a su arribo a la ciudad para tocar el viernes 29 en el Personal en vivo, Emma charló con RosarioRock.com y dejó algunas palabras sobre el disco, Rosario y hasta nos recomendó música para escuchar. Aquí, la entrevista.
En Rosario y con Calle 13 ¿Qué te genera tocar en un festival?
Esta buenísimo. El hecho de hacer esta gira, de tocar con Calle 13, una banda de cabecera de lo que es hoy el rock de habla hispana. Poder ir a Rosario, Córdoba, Salta… esta muy bueno. Musicalmente creo que ya no tengo tantos puntos en común con Calle 13 como los podría haber tenido en otra época tocando en Kuryaki, en esa caso sí hubieran sido dos bandas muy parecidas. Igual, me encanta tocar con ellos.
¿En donde te sentís más cómodo tocando? Porque la última vez que estuviste en Rosario lo hiciste en un escenario más íntimo, en un bar…
A mí me gustan las dos cosas, son dos propuestas valederas que están buenas y de las que se pueden aprender. Tocar en bar como la otra vez en Rosario también me parece que esta buenísimo porque uno logra una comunión muy especial con el público, algo más íntimo y único. Pero en los festivales o estadios pasan cosas mágicas a veces.
¿Con qué músicos venís a Rosario?
Es la banda con la que vengo tocando últimamente: Oaky Castellani en batería, Dizzy en guitarra, Mariano Domínguez en bajo y Lucas Batista en teclados, y sumo a esta gira un músico como Javier Mostadd, el “Turco”, que tocó conmigo en Kuryaki. Salvo el “Turco” y las percusiones del disco que las hizo Nico Cota, todos los demás son los que grabaron Mordisco y es la misma banda que vengo teniendo desde Rocanrolero.
¿Que tiene de diferente "Mordisco" a los trabajos anteriores?
Creo que el primer disco era un poco eso, como el título, Música y delirio y Rocanrolero tuvo una cosa único dentro de mi carrera porque fue un álbum más de canciones, de inclinarme a la melodía en vez de a la cosa groovy y de ritmo que fue lo que siempre me identificó de la época de Kuryaki. Mordisco es la mezcla de los dos, es un disco pop que igualmente va saltando de estilos, y la idea es ir jugando con esa cuestión y que cada canción tenga su pequeño universo.
En Rosario y con Calle 13 ¿Qué te genera tocar en un festival?
Esta buenísimo. El hecho de hacer esta gira, de tocar con Calle 13, una banda de cabecera de lo que es hoy el rock de habla hispana. Poder ir a Rosario, Córdoba, Salta… esta muy bueno. Musicalmente creo que ya no tengo tantos puntos en común con Calle 13 como los podría haber tenido en otra época tocando en Kuryaki, en esa caso sí hubieran sido dos bandas muy parecidas. Igual, me encanta tocar con ellos.
¿En donde te sentís más cómodo tocando? Porque la última vez que estuviste en Rosario lo hiciste en un escenario más íntimo, en un bar…
A mí me gustan las dos cosas, son dos propuestas valederas que están buenas y de las que se pueden aprender. Tocar en bar como la otra vez en Rosario también me parece que esta buenísimo porque uno logra una comunión muy especial con el público, algo más íntimo y único. Pero en los festivales o estadios pasan cosas mágicas a veces.
¿Con qué músicos venís a Rosario?
Es la banda con la que vengo tocando últimamente: Oaky Castellani en batería, Dizzy en guitarra, Mariano Domínguez en bajo y Lucas Batista en teclados, y sumo a esta gira un músico como Javier Mostadd, el “Turco”, que tocó conmigo en Kuryaki. Salvo el “Turco” y las percusiones del disco que las hizo Nico Cota, todos los demás son los que grabaron Mordisco y es la misma banda que vengo teniendo desde Rocanrolero.
¿Que tiene de diferente "Mordisco" a los trabajos anteriores?
Creo que el primer disco era un poco eso, como el título, Música y delirio y Rocanrolero tuvo una cosa único dentro de mi carrera porque fue un álbum más de canciones, de inclinarme a la melodía en vez de a la cosa groovy y de ritmo que fue lo que siempre me identificó de la época de Kuryaki. Mordisco es la mezcla de los dos, es un disco pop que igualmente va saltando de estilos, y la idea es ir jugando con esa cuestión y que cada canción tenga su pequeño universo.
Se te ve ya un artista más maduro, sos padre, por ejemplo… ¿Notas ese cambio personal en tu vida profesional?
Todo va cambiando, la vida, los planetas, el rock... y yo no soy ajeno a esos cambios. Tengo 33 años y hay un montón de cosas que uno las ve desde otro lado, con cierta madurez y mi música a la vez va también cambiando.
Siempre contás con grandes invitados al disco, ¿Es una modalidad de trabajo que aplicás siempre? ¿Cómo es trabajar con músicos consagrados?
Con Gustavo se dio una cosa muy buena. A él gustó mucho mi disco anterior, Rocanrolero y además compartimos co-productor como Tweety González, quien trabajó en Ahí vamos y algunas sesiones Mordisco. Cuando estábamos grabando, pensamos con Tweety lo bueno que estaría que Gustavo participara en un tema como “19”, se lo ofrecimos y le gustó. Un día fuimos a grabar la guitarra al estudio de él y después las voces. La verdad que estuvo buenísimo haber compartido esa canción con él como también lo estuvo hacerlo con mi hermano Lucas Martí, que grabó batería y guitarra en “Tu hermana”.
Siempre te rodeás de amigos para grabar…
Sí, si es verdad pero también me junto con gente que no conozco, por ejemplo incorporamos un trompetista que participó en el disco y todo bien. Para las tareas de grabar tanto y en las que hay que producir y compartir todo un día de laburo me gusta estar con amigos. También son amigos con los que coincido en un idioma musical, con Nico Cota nos conocemos desde “Horno para calentar los mares” de Illya Kuryaki y es un pibe al que mucho no le tengo que decir, el viene y ya sabe que hacer.
¿Que bandas o artistas escuchás?
Escuché mucho un disco de una banda que se llama Phoenix, que estuvo en el Personal el año pasado; después algo de Leslie Feist, una cantautora canadiense cuyo trabajo está buenísimo de verdad. Ser abierto es clave, en la diversidad esta la onda (risas). A mí me gusta la música y me siento cómodo en varios estilos, que es algo que se nota sin dudas en mis shows.
¿De qué se va a tratar el show del viernes?
Creo que esta bueno tocar ante un público grande y después trato de no pensar mucho y hacer mi show y disfrutarlo con la banda, transpirar como venimos transpirando este verano…
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