viernes, 18 de julio de 2008

MORDISCO GLAMOUR



El sábado, Emmanuel Horvilleur presentó Mordisco, su tercer álbum. Interpretó canciones de su ex grupo, Illya Kuriaki & The Valderramas. El pop electrónico fue dominante, aunque no faltó el funk ni el rock en posadas. Si hay un abanderado del glamour en el rock vernáculo ese es Emmanuel Horvilleur. Pero no se trata simplemente de estética pura, sino de ese frenesí entre melodías acompasadas por sutiles arreglos electrónicos en cantidades industriales. En la banda del ex Kuyiaki & The Valderramas, puede haber un rabioso funk combinado con un sólido yeite rockero, como si Prince fuese invitado a cantar en un recital de Kiss. El ejemplo más claro de tal mixtura fue la versión de Jugo (de Illya Kuryaki) o la canción Soy tu nena (corte de difusión de Música y delirio de 2003, disco debut de Horvilleur). Pero el concierto que realizó Horvilleur el sábado en el Casino Club, ante un escaso público, fue una velada a puro Mordisco, nombre que lleva el tercer y último disco del músico que cumplió 33 años. Horvilleur, metido en pantalones blancos ajustados, de campera y sombrero negro, arrancó con la canción Pago la noche. “Nunca canté en un Casino Show”, dijo apenas cruzó su mirada con el público. Y sin completar la frase remató: “Me siento como Frank Sinatra, pero después de…”. El ex Kuryaki estuvo acompañado de cuatro excelentes músicos, quienes le siguieron el vaivén de creatividad en escena que desplegó el artista, mientras cantaba o bailaba bajo el domino de un clima de pop electrónico, con canciones como Llamando y Hermano plateado. Horvilleur cantó un fragmento curioso de Abarajame (otro viejo éxito de los Kuryaki y uno de los más aplaudidos en la noche) y entregó una versión glam de Nada personal, de Soda Stereo. El músico siguió por temas como Hola y Fan, mientras hacía buen uso de su sensualidad cantándole a las caras de algunas asistentes jovencitas o cuando tomó de la copa de una mesa contigua al escenario. Mimosa (EP 2004) fue otra de las perlas que cantó el Horvilleur pero faltó más espacio para la enérgica dimensión de su figura danzarina. Si hubiese estado Dante Spinetta con él la historia hubiese sido muy diferente. Por eso la noche tuvo un dejo de nostalgia y sus palabras la sellaron: “La última vez que vine (a mediados de los noventa), del escenario emergía esa energía de la tierra colorada”, dijo y se despidió con Radios, el hit de Mordisco. La canción fue coreada por buena cantidad de los presentes, muchos de ellos seguidores de culto a los Kuryaki, el dueto adolescente que en los noventa irrumpió en la escena rockera con el rap de Fabrico cuero. El repertorio de Horvilleur fue contundente, sin embargo se retiró sin bises de un público tibio, incómodo quizás por la catarata de glamour en la noche. VersusIllya Kuryaki & The Valderramas tuvo su reencuentro en mayo pasado durante el festival Vive Latino que se realizó en el Distrito Federal de México. El regreso del dueto integrado por Emmanuel Horvilleur y Dante Spinetta era uno de los rumores para el festival popular de México. “Vamos a dejar las cosas en claro. ¿Quién empezó con todo esto? ¡Illya Kuryaki and the Valderramas!”, gritó Dante mientras Horvilleur entraba a escena para encarar una contundente versión del clásico Abarajame.Terminado el tema, el invitado se retiró, en medio de la euforia del público azteca. Aunque aún quedaban esperanzas de una nueva reunión, que llegó al siguiente día del festival, durante el show de Emmanuel.Así, las expectativas de los fanáticos mexicanos de Kuryaki se vieron colmadas cuando Dante subió al escenario para hacer junto a su antiguo partenaire el tema Jugo, otro hit del dúo.Illya Kuryaki & The Valderramas se separó en 2001. En toda su carrera editaron siete discos.

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